Como emigrados andaluces, mis padres nunca perdieron la conexión con su tierra a la que volvíamos para pasar los meses más calurosos, rodeados de ríos y árboles. Entonces, la noche se convertía en nuestra aliada. Un tropel de niños y niñas nos reuníamos en el paseo del pueblo cada atardecer y jugábamos por equipos al pañuelo o al pilla-pilla, corríamos por las calles jugando a policías y ladrones o al escondite. Ya en las noches de feria ni siquiera en los mercadillos semanales se veía a tanta gente junta. Pues las noches de la feria son, en nuestros pueblos, un momento especial de reencuentro con familiares y amigos venidos de lejos para la ocasión. Algunos nunca faltan, otros se ven menos a menudo, pero una cosa nunca cambia: la alegría y las ganas de disfrutar entre casetas de turrones y de tiro, tómbolas, mercadillos de baratijas y juguetes. Nada se compara a la ilusión de los chiquillos por montarse en los típicos 'cacharros': la noria, 'el barco pirata' o 'la rana'. Después, ya suficientemente cansados de andar por los puestos de la feria, llega lo mejor de la noche: la verbena, que transcurre entre pasodobles, versiones de rock y de boleros, hasta primeras horas de la mañana. Para entonces, cuando los músicos ya lo han dado todo, lo único que queda por hacer es comer unos churros con chocolate a la salida de la verbena en mesas kilométricas repletas de amigos. A esto se añade, para algunos, ir a correr los encierros de las vaquillas, lo cual es una tradición de gran calado en las fiestas populares de todo el país.
Hoy en día poco ha cambiado en las fiestas de los pueblos de nuestra región. La alegría de los días de feria sigue siendo una mezcla de emoción al ver caras de amigos, algo transformadas con los años, sabiendo que estos días volvemos a ser los de siempre. Que volveremos a divertirnos como solo sabemos hacerlo aquí, como una renovación vital necesaria como el Sol y con la complicidad de la Luna...
Las ferias y fiestas de Villacarrillo en honor a sus patronos se celebran este año entre los días 9 y 16 de septiembre. Cuenta Villacarrillo entre los municipios históricos que conforman la comarca de 'las Cuatro Villas', junto a Iznatoraf, Sorihuela y Villanueva del Arzobispo. La vida de nuestra localidad, muy ligada a la de sus anejos o aldeas cercanas, gira en gran medida alrededor de sus fiestas, más o menos religiosas. Es en la estación estival donde, sin lugar a dudas, las celebraciones alcanzan su caracter más festivo. Las ferias y fiestas populares de nuestra región y comarca transcurren durante los meses de verano, especialmente en agosto y septiembre. Durante los cuatro o cinco días que duran se produce una explosión de vida entre juegos, actividades y concursos, que se organizan durante las horas diurnas. Sin embargo, lo más extraordinario sucede siempre de noche...