Laísmo, loísmo y leísmo. Te darás cuenta por lo general cuando hables con un madrileño o alguien de la zona de la meseta castellana. El fallo que cometen es la sustitución del pronombre propio del complemento indirecto por el directo (le por la). Ejemplo:”La dije que vendría” en vez de “Le dije que vendría”
Las órdenes en infinitivo. Es otro de los más comunes. En vez de utilizar la segunda persona del plural, se pone el infinitivo cuando las conjugaciones deberían ir acabadas en “d”.
El dequeísmo. Otro mal del lenguaje que en este caso sí que suena mal. El ejemplo claro: “Yo creo de que…” No todos los verbos deben llevar un preposición antes de una frase subordinada.
¿Has escuchado algún ejemplo de los que aquí te ponemos? ¡Más adelante volvemos con más!